En el metaverso las redes sociales serán historia

 "En el metaverso, los cirujanos podrán practicar cientos de veces antes de una operación real".

 

"En el metaverso, los técnicos de urbanismo usarán simulaciones de los patrones de tráfico para mejorar la movilidad"

 

Los asiduos al transporte público hemos podido encontrar en los últimos meses, entre publicidad de series, ropa interior y relojes; una campaña de Meta para popularizar su concepto del metaverso.

Obviamente ellos simplifican el término, englobando cualquier posible aplicación de realidad virtual dentro del mismo saco.

Entrando en su portal promocional se descubren otras interesantes propuestas. Una de las que me resultan más llamativas es:

"En el metaverso, estos estudiantes podrán escuchar debatir a Marco Antonio en la Antigua Roma. Puede que el metaverso sea virtual, pero su impacto será real".

En el vídeo, unos muchachos se aproximan a un grupo de togados, como si entrasen en el escenario de un teatro. El líder gesticula apasionadamente, marcando unos biceps bien currados en Romulus´s Gym.

"Conoce la historia. Mírate al espejo" es un lema museístico que me encanta, y una máxima que he aplicado en la creación de mi última obra "De la caverna al metaverso".

¿Realmente Marco Antonio estaba tan musculado?¿Qué pasó entre él y Julio César en las lupercales del 44 a.C? ¿Qué relación tiene este episodio histórico con la actual (oscura) situación de varias redes sociales con miles de millones de clientes?

Las lupercales eran una desmadrada fiesta romana de la fertilidad originaria de nuestro San Valentín y, sobre todo, de nuestros carnavales.

Los oficiantes masculinos recorrían las calles, desnudos excepto por un taparrabo, con una máscara de lobo o barro sobre los rostros, y el cuerpo manchado de leche y sangre de sacrificios animales. Se dedicaban a azotar a toda mujer que se encontraban, con las pieles del sacrificio.

El origen de esta tradición ancestral, con reminiscencias perdurables en nuestros días, en fiestas populares españolas; proviene de la conocida leyenda de Rómulo y Remo.

Los fundadores de Roma, nuevos Caín y Abel, son abandonados siendo bebés por el hombre que debía asesinarlos. En lugar de ser devorados por los animales salvajes, son adoptados por la loba Luperca. Salvo que el apelativo de la loba se asociaba en Roma a la prostitución...

La cuestión es que Marco Antonio era uno de los pocos oficiantes lupercos al que le quedaba bien el taparrabo. Básicamente éste no quedaba oculto bajo pliegues adiposos, como en la mayoría de sus compañeros.

Cuentan que alguna damisela se llevaba algún azote de más por verle de cerca. No olvidemos que era una fiesta que propiciaba la fertilidad.

Durante la procesión se acerca a Julio César y, por tres veces, intenta ceñir una corona sobre sus sienes; que César rechaza repetidamente.

Este suceso parece un montaje para demostrar que César no pretende convertirse en la figura más odiada para todo romano: un rey. No obstante, el año anterior había sido nombrado dictador perpetuo, un título sin las connotaciones actuales, pero que le convertía virtualmente en un rey a la antigua usanza pre republicana.

Algunos historiadores especulan con la brillante idea conspiratoria de que fueron los enemigos de César los que más se aprovecharon de ese nombramiento; al poner al Senado y al pueblo en su contra.

Poco debía imaginar Marco Antonio (o quizás sí intuía las oscuras nubes que se cernían sobre Julio César) que un mes después de ofrecerle la simbólica corona; sufriría uno de los magnicidios más famosos de la historia.

 

Las majors tecnológicas parecen deseosas de ceñirse la corona virtual del metaverso. Sin embargo, como dicen los hackers, nadie puede denominarse como tal, deben hacerlo los demás.

Meta ve amenazado su mercado en sus filiales de redes sociales (Facebook, Instagram, Whatsapp...), fundamentalmente por TikTok. Se rumorea que se están replanteando monetizar sus redes más allá del clásico mercadeo de datos de los clientes.

Los planteamientos disruptivos y los sofisticados algoritmos de la red social china TikTok está dando sopas con honda a sus competidores. Al margen del problema geopolítico propiciado por su nacionalidad.

Elon Musk se encaprichó con Twitter y, aparte de despedir gente a saco (como Facebook), quiere convertir la red en un banco, un portal multimedia y un paraiso artificial para creadores de contenido.

Netflix pierde el 20% de sus acciones y Youtube cancela sus contenidos originales.

Meta tiene otros competidores, de planteamientos amplios y desapasionados, que se mantienen aún en la penumbra. ¿Se repetirá la historia de Julio César? ¿Desaparecerán empresas por cometer el error de coronarse sin apoyos? ¿Quién se beneficiará de su posible inmolación?