De la caverna al metaverso
Ya está disponible mi nueva obra. No puedo añadir demasiado a la amable reseña de Chema Alonso, voy a centrarme más en algo que suele aparecer mucho en las entrevistas a los autores: ¿cúal fue la génesis de la obra?
Una de las cosas que me fascina es que todas las personas y objetos que nos rodean empezaron siendo una simple idea, un mero deseo en la mente de alguien.
Siguiendo esta lógica, los creyentes descubren al arquitecto o motor de la creación a través de su obra: el Universo.
¿Cómo surgió "De la caverna al metaverso"?
Realmente por una retorcida casualidad (o causalidad asegurarían los defensores de la teleología).
Podemos decir que en un curso de egiptología que empecé hace unos años; y abandoné por parecerme un ladrillo. Retomado durante el confinamiento, descubrí sus grandes virtudes; aunque reconozco que muchas tardes lo escuchaba de fondo mientras entrenaba con las mancuernas.
Cuando me sentí lo suficientemente preparado para interpretar el simbolismo y la mitología de un sarcófago, realicé una salida de campo al Museo Arqueológico de Madrid.
El MAN no es el British Museum. Nuestro país no ha esquilmado los tesoros arqueológicos de medio mundo y nuestra colección egipcia es muy contenida.
Yo entro gratis al MAN, no obstante siempre visito su magnífica tienda-librería y me dejo allí los dineros en libros y revistas especializadas.
El psiquiatra Luis Rojas Marcos afirma que conectarse a Internet prolonga la vida, quizás no añada más años a la vida, sino más vida a los años.
Estoy totalmente de acuerdo. Poder aprovechar la tecnología para profundizar en una pasión, como puede ser la historia, es una posibilidad por la que algunos de nuestros ancestros habrían dado cualquier cosa.
Es cierto que la Red ha provocado una aterradora evolución en el mundo del crimen. Esto quizás pueda ser el tema de una futura obra (¿Cómo lo ves Chema 😁?)
En la imagen pódeis apreciar mi "estudio de egiptología" con los siempre imprescindibles medios analógicos, libros y revistas; y los increíbles medios digitales, incluida la fascinante e inmersiva Realidad Virtual.
A la Realidad Virtual también llegué de rebote, por un comentario de unos amigos, empresarios y directivos de alto rango, alertados por el manifiesto metavérsico de Mark Zuckerberg.
Cuando me contactó Pablo González (coautor de Got Root) para hablarme de una nueva línea de divulgación en la editorial 0xWord, quedé bastante frustrado:
-Ya tenemos pensadas obras sobre ciberestafas, seguridad, legislación, SEO...
"WTF !!" -Pensé yo-. "Soy incapaz de escribir 300 páginas sobre cualquiera de esos temas".
Aún así, un pequeño claro comenzó a formarse entre la espesa borrasca. ¿Habría posibilidad de unir la arqueología, la historia y la tecnología?
¿Sería capaz de aplicar mis flamantes conocimientos?
¿Era cierto, como empezaba a entrever, que el origen de nuestras páginas web estuvo sepultado junto al cuerpo del mítico rey Escorpión?
¿El metaverso de Stephenson tuvo su origen en los bajorrelieves asirios? ¿Era posible que este sangriento imperio inventase el correo, los certificados digitales y los smart contracts?
¿Y si las extrañas casualidades y circunstancias reseñadas debiesen cristalizar en una creación vibrante y disruptiva?
Tú tienes la decisión, querido lector, de utilizar la obra para apoyar las mancuernas o guardarla en un sitio especial de tu librería, en espera de futuras consultas. Como amigo de las paradojas cuánticas, me gustaría que pudiese realizar ambas funciones.
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