Bajo bandera negra 1

 

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad…

Canción del pirata. 

Espronceda.

 


En este post iniciaremos un inquietante viaje. Al inframundo de la piratería de contenidos con propiedad intelectual.

Visitaremos portales de descarga de películas, series, música, libros,  revistas y software.

Conoceremos las operaciones abiertas de Interpol contra las cibermafias, que invierten en estos momentos en el streaming ilegal.

Estudiaremos la antropología de los internautas que comparten contenidos protegidos sin ánimo de lucro. De las empresas sin reparos en anunciarse mediante los bienes culturales ilegalmente distribuidos. De los portales plagados de troyanos y criptomineros ocultos. De los pop—ups de contenido sexual. De las organizaciones criminales del mundo físico, que diversifican su blanqueo de dinero, apostando fuerte en las Streaming Wars.

Para sumergirnos en este oscuro océano no serán suficientes el bañador, la toalla y las gafas de buceo. Precisaremos pertrecharnos de VPN´s, navegadores encerrados en cajas de arena y una legión de antivirus online.

Análisis en caja de arena on line de programa descargado.


Antes de iniciar ruta, un pequeño disclaimer. La visita a este tipo de portales está totalmente desaconsejada. Debido a los peligros objetivos que encierran.

Además, como dice sabiamente un conocido: "Es mejor pagar una pequeña cuota, y disponer de material legal instantáneo, que perder tiempo buscando el mismo contenido pirateado."

Durante esta investigación no se ha descargado ningún material protegido, ni se incluirán en el texto url´s reales, para no inducir a nadie a introducirse en este peligroso terreno

 

Piratas ideológicos

En nuestra antropología del pirateo, este primer grupo resulta el más respetable. Contando con sus propios mártires, dispuestos a arriesgar su libertad por su concepto del conocimiento.

Este campo fue extensamente tratado en el hilo Mártires. Hacking de bases de datos científicos.

Básicamente, los piratas ideológicos se consideran una especie de Robin Hood´s que ponen el conocimiento y la cultura al alcance de cualquier internauta.

No todo son artículos científicos.

Aquí también encontraríamos a aquellas personas que graban en salas de cine o ripean desde soportes digitales, sin ánimo de lucro.

Este trabajo desinteresado es, a menudo, utilizado por portales de descargas para  monetizar su web. Mediante publicidad, pop—ups o ventanas emergentes, preñados de troyanos.

La inclusión de publicidad de casinos on line en el metraje de las propias  películas, induce a pensar que la economía va venciendo por goleada a la ideología.

Las bases de datos científicos piratas no corren el riesgo de ser visitadas por el usuario medio (modo irónico: off). Aún así deben sufrir continuas migraciones de dominio, siempre con algún mirror en la Deep Web.

Un caso paradigmático de biblioteca clandestina, perseguida por su propio éxito, sería Trántor. Imposible a fecha de publicación encontrar un mirror funcional. Pero incluso la emblemática Librería Imperial queda a la altura del betún frente a otras "Bibliotecas Zombi", mucho más accesibles.

Los piratas más esforzados son capaces de rastrear una reclamación DMCA (Ley de Derecho de Autor de la Era Digital) de un motor de búsqueda. Mediante un curioso subterfugio, el pirata podría encontrar el camino preciso a su obra favorita.

Para terminar esta sección, no podemos olvidar a "La república pirata"; el mayor tracker de torrentes mundial.

Los repetidos ataques a este foro pirático consiguieron aumentar las bases del Partido Pirata sueco. En la actualidad, este movimiento cuenta con varios eurodiputados.  Los fundadores de este portal fueron enjuiciados  y condenados a penas de cárcel y fuertes sanciones económicas. Al parecer habían obtenido beneficios millonarios con la difusión de los torrents.


 

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