Estafa, pasión y muerte. El triple crimen de Morata. 4. Jaque mate.

 



Como comenta Scott Terban en su blog, la emergencia de la IA en el campo de la ciberseguridad, ha envíado a muchos expertos a la precarización o al paro.

Especialistas altamente cualificados, están sufriendo estafas de reclutamiento. En ellas se les propone el envío de información académica y profesional (por ejemplo el fundamental formulario fiscal W-2 americano).

Los reclutadores parecen formar parte de una compañía legítima, pero tienen demasiada prisa por extraer toda la documentación personal posible del candidato y realizar entrevistas on line. Alternan periodos de acoso con periodos sin contacto.

Los candidatos que han llegado al final son rechazados, tras exfiltrarles información suficiente para un robo de identidad o un scam de inmigración.

La estafa detectada proviene de lo que Terban califica como el Mos Eisley laboral, es decir Linkedin.

Recientemente, yo mismo he recibido numerosos likes en mis comentarios, por parte de un personaje que parece ser un académico indonesio. 

Habitualmente pediría contacto, sin embargo Indonesia es un origen muy peligroso de interacciones no solicitadas (recordemos los artículos de terror.net) y no parece lógico que este sesudo profesor se interese inesperadamente por mi.

Unamos a esto las inevitables llamadas de spam en cuanto aparezco por la puerta de casa y mi móvil se conecta a mi wifi, o extraños mensajes en Whatsapp de alguien que quiere hablar conmigo, como si fuese un familiar o amigo de toda la vida, ¡desde la India!

Ni siquiera los expertos en seguridad informática son ajenos a ser estafados y cualquier persona puede sufrir la sextorsión de supuestos cárteles de proxenetismo (Ojo con las imágenes del artículo) o la edulcorada amistad de una experta en inversiones en criptomonedas, pretendiendo engañar ¡a un hacker!

Amelia Gutiérrez Ayuso tenía sesenta años cuando comenzó la estafa. Fue asesinada con sesenta y ocho años, a finales de 2023.

Amelia se introdujo en 2015 en redes sociales, concretamente en Facebook, sin tener ninguna experiencia informática. Había ejercido como anticuaria y tenía estudios. Su hermana, Ángeles, estuvo trabajando de profesora, hasta su jubilación.

Amelia conoció a su novio virtual en 2015. Se hacía llamar Edward y era , supuestamente, un alto oficial norteamericano en misión en Afganistán. Los "soldaditos" en 2024 dicen estar destinados en Ucrania.

La foto sí que era real y pertenecía al general Wesley Clark de la OTAN. La imagen de esta persona, junto con la del político anticastrista Mario Rubio, han sido muy utilizadas en este tipo de fraudes.

La estafa amorosa, con intentos de contacto por videollamada, o incluso alguna supuesta visita a España; fue sustituida por la estafa de la herencia. Edward y su amigo, el novio de Ángeles, iban a cobrar una herencia de siete millones de dólares. Pero necesitaban unos miles de euros para gestiones y, probablemente, sobornos.

La dinámica de este scam consiste en involucrar a la víctima en actividades ilegales muy rentables. Recordemos en la entrada anterior cómo los supuestos abogados buscaban a personas con apellidos comunes con el presunto muerto; que había legado millones a cascoporro.

La víctima sabe perfectamente que va a reclamar una herencia que no le corresponde. Se juega con la avaricia y la posible mala conciencia para conseguir enganchar a la víctima, mantener el secreto y obviar posibles denuncias.

Los hermanos Gutiérrez Ayuso vendieron un apartamento que tenían en Madrid y tierras en Ciudad Real, en su pueblo de torres de Juan Abad.

Las hermanas solicitaban dinero a todo su entorno, para poder sufragar los gastos y conseguir la herencia que les prometieron sus novios. Quiso la mala fortuna, que en una de las visitas mensuales al locutorio de Arganda, conocieran a su dueño, Dilawar "el Negro".

En Morata de Tajuña era del dominio público que las hermanas pedían cantidades de tres mil euros cada vez, incluso al párroco.

Dilawar era un ciudadano de origen pakistaní que llevaba más de una década en España y regentaba su negocio, en principio sin ningún incidente con la justicia que hayamos podido comprobar. De hecho la suspensión de su pena por la agresión de Amelia, indica que no podría tener un historial delictivo reseñable.

Desde 2021 Dilawar cayó también en las redes de los estafadores, dando crédito a las afirmaciones de las hermanas, que garantizaban un beneficio del doscientos por cien a los préstamos facilitados.

Dilawar vendió o traspasó su negocio, para invertir en la herencia de las hermanas. Se especula que incluso pudo pedir dinero prestado por el método hawala, una forma ancestral de movimiento económico en el mundo islámico, sin ningún tipo de registros ni controles. Este método fue ampliamente utilizado por Daesh, para sacar del califato los beneficios del tráfico de petróleo, obras de arte, materias primas y un largo etcétera.

Tras amortizar todas sus propiedades, y sin recibir nunca el dinero prometido por las hermanas, en 2022 Dilawar se vio obligado a alojarse en la casa de Morata de Tajuña.

La situación fue tensándose cada vez más y en enero de 2023 Dilawar agredió a Amelia. Dada la situación no hubo ningún tipo de denuncia.

El veinticuatro de febrero de 2023 la agresión fue mucho más violenta con martillazos y patadas a Amelia.

 

Tampoco hubo denuncia, pero la Guardia Civil actuó de oficio. Los implicados no contaron nada del dinero debido ni de la estafa.

Dilawar ingresó en prisión. En septiembre de 2023, el juez decretó dos años de prisión por delito de lesiones. Por acuerdo de las partes, la pena quedó en suspenso, con una orden de alejamiento y una indemnización a Amelia.

Dilawar estaba en la indigencia y se trasladó a vivir a un piso patera en Arganda, con un grupo de pakistaníes. En algunas declaraciones llegó a afirmar que su madre había muerto de hambre en Pakistán por culpa de la estafa de las hermanas.

Es posible que pensase que la herencia se había cobrado pero no querían devolverle su dinero, puede que los hawaladores estuviesen presionando a su familia o a él. El odio y el deseo de venganza iban creciendo exponencialmente en el ánimo de Dilawar.

El diez del octubre de 2023, intentando vender un ordenador viejo encontrado en la basura, agredió al posible comprador.

A principios de 2024, tras encontrarse los cuerpos de los hermanos, amontonados y a medio calcinar, la Guardia Civil lanzó la operación Calvario. Dilawar, sabiéndose perdido, se entregó afirmando: "Soy el asesino de Morata".

 

Quedan muchos interrogantes en la investigación. ¿Dilawar acudió a Morata con el deseo premeditado de matar? ¿Cómo recorrió los diez kilómetros entre Arganda y Morata? ¿Alguien le trasladó en un vehículo? ¿Hubo cómplices? ¿Llevó el combustible que utilizó para intentar carbonizar los cuerpos, lo que demostraría la premeditación, o lo encontró en la casa?...

El 15 de febrero de 2024 Dilawar golpeó con una mancuerna de fabricación casera (ilegal) a Ángel, su compañero búlgaro de celda en la prisión de Estremera.

A veces los sucesos acaecidos recientemente son más difíciles de discernir que los hechos históricos; sobre todo en este mundo de noticias "cocinadas" de agencia, en ocasiones sin la necesaria verificación.

Algunos medios han afirmado que Ángel era el preso "sombra" de Dilawar. Esto es erróneo, pues Ángel no era un prisionero modelo, ni tenía formación adecuada, ni a Dilawar se le aplicó un protocolo de vigilancia.

Ángel no hacía honor a su nombre y estaba encarcelado por violencia de género, con agravantes de tortura y mutilación. A pesar de su conflictividad, se llevaba bien con Dilawar y compartían su afición común por el ajedrez.

 

Durante o después de una de sus habituales partidas, discutieron por problemas de higiene y Dilawar le golpeó con el arma improvisada.

Dilawar fue trasladado al "corredor del terror", una pequeña galería de aislamiento en el módulo 15 de la prisión de Teixeiro. Lugar tristemente famoso por haber alojado a los reos más peligrosos de la historia penitenciaria española. Con apodos tales como Hannibal Lecter, Igor el Ruso o el Terror del Puerto.

 

La pregunta final: Si Dilawar no se hubiese visto involucrado en el fraude nigeriano de las hermanas ¿habría seguido viviendo una vida socialmente integrada y productiva, o habría acabado matando por cualquier otra circunstancia?

Intentaremos conjeturar respuestas en próximas entregas.

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