Estafa, pasión y muerte. El triple crimen de Morata. 5. El otro lado
En Morata tres vidas
se apagaron,
bajo el hierro de quien prometió ayudar.
Dilawar, cegado por deudas y furia,
a los Gutiérrez Ayuso decidió silenciar.
Que esta historia
negra sirva de ejemplo,
de lo que la avaricia puede causar.
No hay deuda que valga tres almas inocentes,
ni crimen que el tiempo pueda borrar.
Nos fascina el lado oscuro del ser humano. A finales del XIX, como con el despiadado crimen de Cintabelde, los ciegos recorrían los caminos, desplegaban sus tiras de cordel con las viñetas de los sangrientos sucesos y recitaban estrofas cargadas de horrores.
Hoy en día los ciegos utilizarían apps con IA, en sus móviles. Sin embargo, nuestra adicción nos lleva a devorar noticias a través de redes sociales o intervenciones de expertos.
El señor Akintola crispaba las manos sobre la formica mugrienta y pegajosa de su escritorio. El aire acondicionado paliaba a duras penas el sofocante calor de la populosa capital nigeriana.
El estrépito de pitidos, acelerones y frenazos, en la atestada calle de Lagos, conseguía penetrar la deteriorada carpintería de las ventanas de la oficina de alquiler, en la cuarta planta del edificio.
En el exterior, los postes de madera se hallaban bajo un caos inmenso de cables eléctricos y de telefonía, que se enredaban en ellos sin orden ni concierto y volaban en total anarquía para dar servicio a los usuarios.
La poderosa mandíbula de Akintola parecía a punto de estallar por la presión. Los leds de los arcaicos servidores, que habitualmente ni veía, acabaron por desatar su furia con sus continuos parpadeos.
—¡Ese hijo de perra lo va a pagar! ¡Cueste lo que cueste!
Un contacto en la policía, al que sobornaba para mantenerse alejado de inoportunas investigaciones, le acababa de informar que Akintola Junior, su hijo mayor, había sido detenido en una remota región.
Junior había salido de viaje para realizar unos supuestos negocios y llevaba dos meses desaparecido. Su madre ya le daba por muerto. Al parecer, el muy estúpido había sido estafado por un europeo para conseguir una fuerte suma de dinero robado. Tras meterse en un montón de líos y recorrer cientos de kilómetros, acabó en la cárcel.
No solo estaba el tema del mal trago pasado por su madre, si llegaba a las calles el rumor de que Akintola había sido engañado por un scambaiter, la familia se convertiría en el hazmerreir de Lagos; perdiendo el prestigio ganado durante décadas de honrado esfuerzo con la estafa 419.
Incluso los estafadores pueden ser engañados a su vez, no por motivos económicos si no por involucrarles en fantásticas cazas del tesoro, totalmente irreales.
Los scambaiters afirman que el tiempo que dedican a estos "safaris", es tiempo sustraído al expolio de sus víctimas. Es probable que existan, en ciertos casos, motivaciones de venganza por fraudes sobre seres queridos.
Por desgracia, los estafadores de las hermanas no serán rastreados ni afrontarán ninguna responsabilidad penal por provocar, indirectamente, varias muertes violentas.
La inquietante pregunta que formulamos en el post anterior era: ¿De no haber existido la estafa amorosa/de la herencia, el asesino confeso habría vivido una existencia sin tacha de honrado ciudadano?
Reseñemos los detalles del caso, según el testimonio del propio Dilawar, y pasemos al apasionante análisis de nuestra experta, Sandra Sáez.
Detalles del crimen
Dilawar Hussein confesó haber asesinado a los hermanos Gutiérrez Ayuso (Amelia, Ángeles y Pepe) el 17 de diciembre de 2023. Según su declaración:
— Caminó desde Arganda del Rey hasta Morata de Tajuña, unos 10 km.
— Esperó durante la noche bajo una escalera en la propiedad de las víctimas.
— Por la mañana, atacó a Pepe cuando éste salió a desconectar la alarma.
— Luego mató a golpes a las dos hermanas usando una barra de hierro
Los cuerpos fueron descubiertos un mes después, el 18 de enero de 2024, en avanzado estado de descomposición y parcialmente quemados.
Análisis
¿Qué vemos si nos miramos al espejo, el reflejo de lo que somos o de lo que podemos llegar a ser? Vivimos con la creencia de saber quiénes somos, pero ¿quiénes seremos?. Preguntas sin respuesta…hasta ahora. Gracias al desarrollo de la IA, podremos predecir con mayor exactitud este tipo de cuestiones, ¿o no?.
En los primeros años del siglo XIX, el neuroanatomista y fisionomista Franz Joseph Gall, comenzó a estudiar la morfología craneal y facciones de un sujeto para predecir los rasgos de su personalidad, dando lugar al nacimiento de una nueva ciencia llamada frenología, hoy en día considerada una pseudociencia obsoleta, pero que fue uno de los primeros pasos para la predicción del comportamiento humano.
Desde la perspectiva criminológica, predecir el delito es la llave maestra para reducir los índices delictivos que tanto nos asustan en estos momentos.
En la actualidad, esta labor se realiza una vez cometido el delito y es llevada a cabo por psicólogos, personal penitenciario, psiquiatras, sociólogos y criminólogos, para decidir si el reo es apto para la libertad, evaluando una serie de potenciales variables.
En el film estadounidense “Minority Report”, el asesino es detenido antes de cometer el delito. gracias a las lecturas psíquicas y desarrollo de la inteligencia artificial, se generan los datos que predicen los delitos que va a cometer el individuo, llevándose a cabo una labor predictiva, reduciendo la criminalidad a unos porcentajes irrisorios. Utopía policial.
Amamos con el corazón y odiamos en el mismo órgano vital, sentimientos opuestos ubicados en el mismo lugar. ¿Sería usted capaz de matar? En principio, no. Esa sería la respuesta más deseada, pero esta cuestión viene preñada de más interrogantes.
Pongamos el caso de un padre ejemplar que acude cada domingo a los actos religiosos de su iglesia, adora a sus hijos y mujer y vive una vida plena. ¿Sería alguien capaz de matar?.
Un día despierta con la noticia de que un conductor ebrio ha atropellado, con resultado mortal, a uno de sus hijos. En ese momento y en ese mismo lugar del corazón, empieza a crecer de forma vertiginosamente temeraria, un sentimiento de odio, venganza y desolación que domina todo su ser. De forma autómata se viste y, antes de salir de casa con su rifle de caza, se mira al espejo; ¿quién sale de casa dispuesto a cercenar la vida de quien tanto dolor le ha causado, él o su reflejo? Finalmente da con el asesino de su hijo, conocido por todo el pueblo. Dos disparos le arrancan del reflejo de lo que un día fue.
25 años de cárcel que no se distinguen de los años de condena de Dilawar. ¿Hubiera este padre acabado matando por otra circunstancia? ¿y Dilawar?. La respuesta no es fácil.
Personalmente creo que el libre albedrío es una capacidad del alma del ser humano, de nuestra conciencia y que podemos elegir, incluso habiendo una predisposición adquirida.
Dilawar había perdido todo, su dinero, su familia, su locutorio, su dignidad, no hubo cabida para empezar de cero. Decidió mover la última ficha de su destino en esa partida de ajedrez que liberó su reflejo, a lo Dorian Gray, para vivir fuera del espejo. JAQUE MATE.
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