Mártires. Hacking de bases de datos científicos 3.

Los universitarios que acabamos nuestra formación en la época pre-internet, debimos enfrentarnos a trabajos de investigación, proyectos fin de carrera, tesis...

Se requería consultar unas cuantas docenas de fuentes bibliográficas, que debíamos rastrear en aquellos antiguos sistemas de archivos de fichas; y mediante continuos requerimientos de material al bibliotecario.



Recuerdo con espanto al bibliotecario de mi centro, volviendo del interior de la biblioteca, con mirada perdida y una pila de libros, manchados de sangre. 

Al parecer se había cortado una muñeca con un cristal roto de una librería, al extraer uno de los volúmenes solicitados.

En la actualidad las polvorientas fichas han sido sustituídas por rápidos metabuscadores que localizan los recursos en bibliotecas de toda una comunidad autónoma o incluso en varios países.

Los voluminosos, y generalmente desfasados, libros y revistas técnicas que consultábamos, se pueden encontrar facilmente a golpe de clic. Encontrar no es lo mismo que acceder.

No todas las universidades pueden permitirse el acceso a BBDD biomédicas y científicas para su personal y estudiantes. Especialmente las de países menos desarrollados. Y si lo hacen, será seguramente repercutido en la matrícula.

La kazaja Alexandra Elbakyan estudió en la época  post-milennial. La bibliografía ya era digital, y cuando tenía que consultar información se encontraba con algo similar a esto:



Este ejemplo corresponde a un MOOC de Ciencia Forense que he seguido en la Universidad de Lausana. El profesor propone unas lecturas para profundizar en los módulos. 

En éste caso es un artículo de 2 páginas, publicado en 1991 sobre estadística aplicada a la identificación de ADN.

Al intentar acceder al texto sucede lo siguiente:


¿31.50 $ por un artículo de 2 páginas de hace casi treinta años?
Volví a rastrear los módulos en busca de posibles credenciales temporales para el curso, o similar. 

Por fin, en el foro, descubro que el director del curso pide que se le mande un correo y él adjuntará en la respuesta los PDF seleccionados. Por supuesto no voy a dar nombres para evitarle problemas.

Alexandra, como neuroinvestigadora, debía leer decenas de artículos de su especialidad. A esos precios, le resultaba totalmente inviable.

¿Cuál era el mecanismo "gratuito"? Éste:




Todo científico que no trabaje para una empresa privada estará encantado de compartir su trabajo con otros colegas.

Alexandra aprendió HTML a los doce años, gracias a tutoriales gratuitos. En el High School ya programaba en PHP, Delphi y Ensamblador.

Se convirtió en una auténtica hacker, que frecuentaba sitios piratas de descarga de ebooks científicos, que  tanto abundan en los servidores de la Europa oriental y la India.

Con sus habilidades de programadora, consiguió burlar el bloqueo de webs como LiveJournal, decretado por el gobierno kazako.

La petición de material directamente a las fuentes y sus poderosos scripts fueron el germen que, en 2011, le llevaron al lanzamiento de Sci-Hub.

En menos de dos décadas se había pasado de esto:


A esto:


Comentarios

Entradas populares