Hacia un uso ético de la IA en la creación gráfica
Ahora sí podía erguirse y disfrutar de las vistas. La orientación elegida de la vía hacía que a esa hora la inmensa esfera creciente de Júpiter estuviera justo sobre su silueta. La Gran Mancha Roja, del tamaño de varias Tierras, le contemplaba como un ciclópeo Udyat, el ojo de Horus. Un símbolo milenario de naturaleza mágica y purificadora. Un símbolo solar del orden y la perfección. Su vista, dominando un laberinto de abismos nevados, cubiertos de crestas de hielo; cuajadas de grietas oscuras. Un grito desgarrado y ancestral nació en su diafragma y emergió de su garganta.
Hay personas que opinan que la literatura es superior al cine o a las series, debido a que es la propia imaginación del lector la que recrea los ambientes, personajes y situaciones.
En estos días he estado investigando cómo quedarían plasmados por una IA los momentos y lugares relevantes de mis novelas.
¿Se alejarían mucho de lo que imaginé o de las imágenes y personas reales en que me inspiré?
Como en todos los aspectos de la IA generativa, el prompt importa, y mucho. Hay que sopesar con cuidado el orden de las frases y de las palabras.
En ocasiones la IA se queda "en bucle" y hay que reiniciar para borrar su memoria neuronal.
Por otro lado, la IA de generación gráfica, ¿no mandará al paro a legiones de esforzados y brillantes artistas?
El futuro de estos profesionales parece más prometedor que en otros campos. Ya están habituados a trabajar con herramientas digitales de pago; con las que pueden garantizar sus derechos de autor.
Adobe ha lanzado su IA generativa, Firefly, que parece garantizar un uso ético comercial para sus suscriptores y royalties para los autores que aporten obras a la plataforma.
No llevamos mil palabras de texto, pero ha llegado el momento de dar paso de nuevo a las imágenes.
Cuando la expedición SP-UN vislumbró los barrancos de más de dos kilómetros de longitud que surgían ante ellos, en su segundo día de escalada, supieron que ese sería el punto más elevado que podrían alcanzar. En esa zona desconocida se concentraría la clave de la ascensión.
Los rovers constituyen un elemento fundamental de transporte y socialización en buena parte de la obra. Todos los personajes tienen su litera individual insonorizada, aunque, a menudo, algunas son compartidas por los expedicionarios.
Bajo la nave, el cañón se bifurcaba en dos profundas gargantas recorridas por un tumultuoso río, diez kilómetros bajo la meseta superior. Tras un escarpe vertical de varios kilómetros surgía una zona de fuerte pendiente que moría en un nuevo cortado, cuya base era lamida por el caudaloso río Erídano. Todo se hallaba densamente urbanizado.
Resultaba sobrecogedor contemplar desde el cielo esa inmensidad urbanística extendiéndose hasta el horizonte y hundiéndose en el terreno sin solución de continuidad.
Por toda respuesta ella se quitó el albornoz y lo dejó caer sobre el suelo, quedando totalmente desnuda. Abrió una de las puertas cristalera del patio y contestó por fin en tono desafiante:
—Juzga tú mismo.
Se introdujo en el interior del patio y dejó que la lluvia la empapase.
El taxi aéreo que conducía a Schedir al casco histórico de Lbiana avanzaba, envuelto en una cortina de lluvia que caía al fondo del cañón.
Schedir conocía la mitología y sabía que en el río Erídano el hijo del Sol encontró la muerte en un accidente de carro.
No resultaba muy tranquilizador pensar que el conductor era un mero manipulador, una carcasa tecnológica, eso sí, dirigida por una mente humana desde un punto de acceso seguro.
Como vemos, la ingeniería del prompt es esencial y marca la diferencia entre una imagen simplemente bonita y una profesional. ¿No sería increíble que el fastidioso prompt desapareciese y la IA ilustrase nuestros propios pensamientos?
¿Y si el proceso pudiese realizarse sin nuestro consentimiento?
Un argumento a explorar para distopías totalitarias. 1984 se convertiría en un cuento infantil.
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