Cita con la Historia. 07. Versos en la lluvia

 


1. Contexto histórico
 
   En posts anteriores hemos comentado sobre la guerra fratricida que se desencadenó en nuestro país hace menos de noventa años.
   Centramos nuestras investigaciones en la enigmática muerte del líder anarquista Durruti, en lo más cruento de la batalla de Madrid, en el frente de Ciudad Universitaria.
   
   Los combates de mediados de noviembre del 36 pudieron haber entregado la capital a los sublevados, sin embargo, la tenaz resistencia republicana, acabó estabilizando el frente durante tres años.
 

2. Lugares de interés
 
   Nuestra primera visita fue a un edificio que conocíamos muy bien de nuestra época adolescente, cuando frecuentábamos los locales de Moncloa. Ha pasado por diversos usos y actualmente alberga la Junta Municipal de distrito.
  En su día nos llamaba mucho la atención, por la cerrajería metálica de sus ventanas, constituída por espadas y lanzas. A menudo bromeábamos con traer una sierra y llevarnos algunas a casa.
  El edificio tiene estructura de mausoleo y fue levantado como homenaje a los "caídos por Dios y por España". Entramos y fuimos informados que el interior no era visitable.

  Nuestro segunda etapa era un monumento mucho más visible, emergiendo en una amplia isleta, rodeada de circulación. En la actualidad la isleta está bastante cuidada, situándose en ella los respiraderos de las dársenas del intercambiador de Moncloa.
  Conocíamos que el edificio tiene ocho plantas y que albergó una sala de exposiciones y archivos universitarios, más un espectacular mirador.


Las puertas nos atraen con fuerza magnética. Están soldadas. Introduzco la cámara a través de un agujero, oscuro como boca de lobo. Nos sorprende la imagen de la escalera al primer piso y varias puertas de madera, una del antiguo ascensor, junto a material de luminotecnia abandonado, graffitis y algo de basura.

Volvemos a cruzar el único acceso a la isleta, subimos un talud de césped y nos encontramos con las vías del tranvía que conducía a los milicianos al frente; a los pies del faro de Moncloa y en dirección al Museo de América.

 

 Bordeando el edificio, enseguida tomamos un camino que conduce al único vestigio superviviente del Asilo de Santa Cristina.

  Las inmediaciones del Museo de América, en dirección al Hospital Clínico, albergan muchas huellas, a veces imperceptibles, de los duros combates allí ocurridos.
 Las zonas verdes mostraban mucha vegetación, asentamientos de mendigos y restos de botellón universitario.

   Localizamos unos restos de pavimento cerámico, de dibujo idéntico al encontrado en las excavaciones de 2017. Las evidentes cicatrices en el terreno, de las minas y contraminas, utilizadas para forzar el asalto al Hospital Clínico. Y zonas de vegetación rala, que en arqueología suelen indicar construcciones enterradas. Puede que vestigios del destruido Asilo o de trincheras nacionales.

   Tras deambular por los alrededores del aparcamiento del Clínico y encontrar una construcción rectangular, tapada con losa, que no parecía pertenecer a este siglo; nos dirigimos a la zona donde se supone fue alcanzado Durruti.


 

Volviendo a campo través, encontramos un cuaderno de poesía manuscrita, bastante perjudicado por las lluvias recientes.

   Nuestra siguiente etapa fueron los fortines nacionales de 1937/38 en excelente estado de conservación, que jalonan la parte septentrional del Parque del Oeste.

   Tras una pausa para reflexionar sobre todo lo visto y, con el ocaso muy avanzado, nos dirigimos a nuestro último hito, el monumento al doctor Federico Rubio. La estatua muestra numerosos impactos de proyectil de diversos calibres y constituye un buen colofón para cerrar esta inmersión en el luctuoso pasado.


 

 3. Testimonios y anécdotas
   
   En nuestra investigación contamos con la ayuda de personas que han trabajado en el Clínico y dicen tener referencias de pasillos subterraneos que comunicaban con las facultades cercanas, la presencia de los sempiternos fantasmas de enfermeras y el revuelo del 2017, cuando los TEDAX debieron intervenir para desactivar bombas que se desenterraban "cada veinte minutos".
   Un pariente de Alberto sirvió como mensajero dentro del Clínico durante la contienda y  mencionó que transportaba las órdenes en motocicleta por los interminables pasillos del hospital.
 

4. Impacto actual
 

Los cráteres de minas y contraminas, restos superficiales de pavimento de idéntico dibujo al del desaparecido Asilo, zonas de vegetación rala, señalando construcciones enterradas; constituyen una inequívoca impronta de la Guerra Civil para los ojos adiestrados.
Por desgracia, los universitarios que hacen botellón, los gorrillas en el aparcamiento del Clínico y los vecinos que pasean a sus perros, quizás desconozcan los hallazgos que se ocultan bajo sus pies.
 
5. Reflexiones finales.
 
¿Cúal es nuestra opinión al respecto de la conservación de monumentos que siguen exhibiendo símbolos y mensajes del bando vencedor?
Desde nuestro punto de vista, los monumentos son historia y deben ser conservados, depende de nosotros darle la narrativa correcta.
No estamos de acuerdo en la ocultación de lugares (como sucedió en la reforma del Museo del Ejército de Toledo). El hecho de que fueran símbolos de propaganda franquista durante décadas, no justifica, a nuestro juicio, una damnatio memoriae.
Los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla; como esos versos, desapareciendo bajo la lluvia...
  

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